Integración de la RRD y la resiliencia al ciclo de políticas públicas

En este capítulo se examinarán los elementos fundamentales para construir de manera eficiente ciudades y territorios resilientes. Para ello, el capítulo se organiza en torno a las cuatro líneas de acción prioritarias de la SFDRR, con una serie de lecciones centradas en los aspectos locales y regionales de: 

• la gobernanza del riesgo de desastres multinivel y multiactor;
• la evaluación del riesgo y la resiliencia;
• los mecanismos de financiación de la reducción de riesgo de desastres (RRD) y la construcción de resiliencia; 
• y finalmente en las estrategias y planes de acción de resiliencia. 

Las lecciones tienen por objeto ir más allá de la reducción del riesgo de desastres. En este sentido, proporcionan herramientas que facilitan un desarrollo urbano sostenible basado en la resiliencia y alineado con el compromiso permanente de los GLR de contribuir al desarrollo y a la mejora de las condiciones de vida de las personas, haciendo frente a los grandes retos globales desde la proximidad.  

La RRD y la creación de capacidad de resiliencia deben formar parte integral de la planificación del desarrollo sostenible de una ciudad o región. Estos dos vectores pueden ser integrados en el ciclo de políticas públicas desde múltiples puntos de entrada, tal como se representa en el siguiente esquema.

Al igual que los ODS, la RRD y el fomento de la resiliencia requieren mecanismos de buena gobernanza a través del impulso de entornos institucionales favorables, de mecanismos de coordinación y de asociaciones multiactor apoyadas con recursos financieros. También se necesita disponer de una capacidad técnica basada en el conocimiento adecuado que permita llevar a cabo evaluaciones de riesgo del máximo número de amenazas y, con ello, comprender mejor los riesgos sistémicos existentes y desarrollar estrategias y planes de acción que integren la RRD y la construcción de resiliencia. 

En definitiva, se trata de comprender que estas condiciones institucionales, técnicas y financieras favorables son el primer paso para poder implementar estrategias y planes de acción para conseguir ciudades y territorios resilientes. Es importante tener en cuenta que estas condiciones no funcionan de manera independiente. La gobernanza, la evaluación, la financiación y las estrategias/acciones están interconectadas entre ellas y van, todas, en una misma dirección: generar comunidades inclusivas, resilientes y sostenibles.